Los usos medicinales antiguos para la cúrcuma comenzaron cuando se conoció como un agente antiinflamatorio, y después para tratar una amplia variedad de problemas: 

• Antimicrobiana: ha mostrado inhibición de una variedad de bacterias, parásitos, hongos y virus. 
• Antiinflamatoria: Estas propiedades se atribuyen a su capacidad de regulación de los factores de transcripción, inflamatorios. 
• Anticancerígena: La curcumina ha demostrado capacidad para inhibir la carcinogénesis en tres etapas: iniciación, promoción y progresión del tumor.   
• Protección gastrointestinal: Constituyentes de la cúrcuma inhiben los espasmos intestinales, y aumentan la secreción de gastrina, secretina y enzimas pancreáticas. 
• Hepatoproctora: Este efecto se deriva esencialmente de las propiedades antioxidantes y su capacidad de disminuir la formación de citoquinas proinflamatorias.   
• Protección cardiovascular: Estos efectos incluyen la reducción de los niveles de colesterol y triglicéridos, disminución de la susceptibilidad de la peroxidación de los lípidos de la LDL y la inhibición de la agregación plaquetaria. 
• Mejora de la inmunidad: aumenta el número de células B y T helper, y mejora la inmunidad en general. 
• Antioxidante: Demuestra actividad antioxidante potente, comparable a la vitamina C y E. Tiene la capacidad de neutralizar los radicales libres y aumentar.