La melatonina es la hormona responsable del sueño, relacionada con el ritmo circadiano. Algunos estudios han relacionado el uso de pantallas antes de dormir con menores niveles en su producción en el hipotálamo, lo que afectaría al ritmo circadiano y, por ende, a la calidad del sueño.

La melatonina es una sustancia propia y natural producida principalmente por la glándula pineal, ubicada en lo profundo del cerebro. Sus niveles regulan el ciclo natural de sueño-vigilia del cuerpo, o ritmo circadiano, ajustándolo al día y a la noche.

Otros estudios han mostrado asimismo que la melatonina también se usa mejor para tratar la latencia del sueño, que es la cantidad de tiempo que le toma a alguien conciliar el sueño. Por lo tanto, a menudo se usa para combatir el desfase horario o adaptarse a nuevas zonas horarias.

Es así la melatonina una de las sustancias más específicas por su acción sobre el sueño, aunque también interviene de forma secundaria en procesos como la inflamación o potenciando el sistema inmunitario, además de destacar su importante papel en el control cotidiano de la variabilidad hormonal (ritmo circadiano) que es reconocido por su impacto directo e indirecto sobre la salud.

Todas estas propiedades y beneficios de la melatonina se conocen desde hace muchos años, pero fue en 2010 cuando hubo un consenso en la Sociedad Británica de Psicofarmacología para establecerla como primer producto de elección para combatir el insomnio en adultos. Y es que el 80% de los trastornos del sueño tienen un origen cronobiótico, es decir, tienen relación con los mencionados ritmos circadianos.

La luz azul de los móviles u ordenadores

La producción de melatonina se activa con la oscuridad y se detiene con la luz. Esta es una de las razones por las que los especialistas en sueño recomiendan evitar la luz antes de acostarse y durante la noche, incluida la luz azul que emiten los smartphones y los ordenadores portátiles.

De hecho, un estudio publicado en la revista PNAS en 2014 aseguraba que ni siquiera la luz de los libros electrónicos favorecía un mayor reposo o conciliar el sueño con mayor facilidad, afectando consecuentemente al reloj biológico. 

En dicho estudio se analizaron los niveles de melatonina entre los sujetos que utilizaban libros digitales y los que hacían uso del papel, con una clara conclusión: los lectores digitales habían disminuido sus niveles de melatonina, con una diferencia de 10 minutos para lograr conciliar el sueño.  

Y terminamos citando otra investigación, en este caso la realizada por la Universidad de Michigan (Estados Unidos), que viene a confirmar que los cambios en los patrones del sueño están asociados a cambios en el humor, irritabilidad y una mayor probabilidad de desarrollar depresión.

Así, llevar una vida sana, una alimentación estable, contar con un sueño de entre 6 y 8 horas diarias, aparte de desterrar las pantallas antes de dormir, repercutirán en nuestro descanso, y además favorecerá nuestro estado de ánimo.

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